miércoles, 17 de julio de 2013

Drones: El brazo armado de Washington II

Por qué los Drones Fallan

Cuando las tácticas conducen la estrategia

Imagen: Reuters
(Foreign Affairs, Audrey Kurth Cronin, julio 2013). Hartos de la guerra, los Estados Unidos para quienes la frase "Tropas en tierra" se ha vuelto políticamente tóxica, prefieren eliminar a sus enemigos terroristas desde el cielo. La herramienta elegida: vehículos aereos no tripulados (UAV por sus siglas en inglés), también conocidos como drones. En Pakistán, Somalia y Yemen -la mayoría de las veces lejos de cualquier campo de batalla donde se encuentren las tropas Noretamericanas- Washington ha respondido a las florecientes amenazas con asesinatos selectivos.
Como cualquier arma, los drones armados pueden ser útiles tácticamente, pero, ¿Estan ayudando a avanzar en las metas estratégicas de los Estados Unidos en contra del terrorismo? Aunque el terrorismo es una táctica, sólo puede tener éxito a nivel estratégico, aprovechando un acto espantoso para una ganancia política. Para que la lucha contra el terrorismo sea efectiva, debe responder con una estrategia coherente. El problema para Washington hoy en día es que su programa de drones ha cobrado vida propia, al punto en que las tácticas son más importantes que la estrategia y no al revés.

Los objetivos principales de Estados Unidos en su lucha contra el terrorismo son tres: la derrota estrategica de al Qaeda y grupos afiliados a ellos, la contención de conflictos locales para que no se generen nuevos enemigos y la preservación de la seguridad del pueblo estadounidensa. Los drones no satisfacen dichas metas. A pesar de que pueden proteger al pueblo norteamericano contra ataques a corto plazo, no están ayudando a derrotar a al Qaeda y puede que hallan creado enemigos declarados en ese oceano local de insurgentes. Sería un error adoptar a los drones asesinos como la pieza central de los Estados Unidos en su lucha contra el terrorismo.

La resiliencia de al Qaeda

Al menos, desde el 11 de septiembre del 2001, los Estados Unidos han buscado el fin de al Qaeda -no sólo su repliegue táctico, lo cual los drones han logrado- y derrotarlos por completo. Las organizaciones terroristas pueden ver su fin en toda una variedad de formas, y asesinar a sus líderes, ciertamente, es una de ellas. Abu Sayyaf, un grupo islamico separatista de Filipinas, perdió su enfoque político, se dividió en facciones y se convirtió en una pequeña organización criminal despies de que las fuerzas armadas mataran a sus líderes en 2006 y 2007. Sin embargo, en otros casos, incluyendo los de Shining Path en Perú y Action Directe en Francia, el humillante arresto de sus líderes puede ser más efectivo. Capturando a líderes terroristas, las naciones pueden evitarse crear mártires, hacerse de acceso a todo un almacén de inteligencia y desacreditar una causa popular.

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