La diversidad del ecosistema mexicano es increíble. La
riqueza de la tierra de nuestro territorio ha sido objeto de inspiración para
artistas, símbolo de belleza para nacionales y extranjeros y magnética para
todo tipo de turistas. Es un hecho que es igualmente admirada la variedad
culinaria de las etnias que conforman al pueblo mexicano. Nuestro alimento.
Que mejor ejemplo del alimento original y fundamental del
pueblo mexicano que el maíz. El maíz es una planta que ha sido desde hace miles
de años compañera del espíritu de esta tierra, ha alimentado a nuestra gente
por generaciones y su variedad es tan extensa como la gama de colores del espectro
visible, tal y como lo es la variedad de alimentos que del maíz se pueden
producir; ricos alimentos como lo es la tortilla, el atolli (atole), pinole,
los esquites, tlacoyos, gorditas, sopes, palomitas (o pop corn en inglés),
tamales de todo tipo y la lista puede continuar…
La ingeniería genética es una rama de la ciencia
relativamente nueva. La palabra ingeniería significa usar el ingenio para
construir cosas, entonces, la ingeniería genética es construir a partir de
organismos vivos existentes, unos nuevos, con características compartidas,
cortando y pegando genes para mejorar las cualidades del nuevo ser viviente.
Actualmente lo que está en boga es mejorar los alimentos para que sean
resistentes a plagas, sean más grandes, duren más, etc.… Pero, hasta hace
tiempo, quien se encargaba de ese trabajo era la evolución natural. Lo que era
el trabajo de la naturaleza que tardaba miles y hasta millones de años, el
hombre quiere resumirlo en unos días, en unas horas de trabajo.
Lo que las especies
de plantas hacían mientras evolucionaban era adaptarse al cambio, el cual, como
ya sabemos, es la única constante en el universo, se adaptaban y mientras lo
hacían, lentamente ajustaban sus características. Lo que era natural, era que
si una especie no lograba adaptarse por cualquier circunstancia, era
seleccionada para su extinción y las que lograban adaptarse y superar las
dificultades, eran seleccionadas para continuar existiendo, no era producto de
un criterio alimentario o de la moral humana, del desarrollo de la industria,
la deforestación y la expansión inmobiliaria.
Desde hace tiempo se han comenzado a producir variedades de
maíz genéticamente modificado (transgénico), introduciéndose en indiscriminadamente
en los ecosistemas del territorio nacional, sin ningún tipo de control o
legislación de por medio. Dicho de otro modo: de manera irresponsable.
Está probado que la introducción y sembrado amplio de maíz transgénico
tiene el potencial de afectar e incluso dañar ecosistemas acuáticos (Revista Proceedings Academia Nacional de
Ciencias, E.U.). Se ha demostrado que el maíz transgénico contamina los maíces
nativos. Investigadores de la Universidad Estatal de Iowa han confirmado que el
polen de una variante muy común de maíz transgénico puede matar las larvas de
la mariposa "Monarca", según un estudio publicado en la revista
científica "Oecología".
La producción de maíz transgénico tiene como objetivo la
barrer con la competitividad en el mercado, es decir, generar ganancias
extraordinarias con la menor cantidad posible de costos. Por esta razón, las
nuevas variedades de maíz se diseñaron para resistir cantidades indiscriminadas
de herbicidas como el glifosfato y el glufosinato (BASTA).
Uno de los principales riesgos del uso de estas variedades
de maíz es que la diversidad del maíz mexicano
y sus parientes cercanos es vulnerable a la introducción de variedades
comerciales, independientemente que éstas porten o no características
transgénicas.
¿Cuáles podrían ser las repercusiones del uso del maíz
transgénico en nuestro medio ambiente?
¿Cuáles podrían ser las potenciales repercusiones a la salud
de los mexicanos?
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